Johnny Depp se va con sus yorkis de Australia

Los perros Pistol y Boo saldrán de Australia en jet privado y acompañados de sus dueños, el actor Johnny Depp y su esposa Amber Heard. Los yorkshire terrier más famosos del momento evitarán así morir a manos de las autoridades australianas, que amenazaron con sacrificarlos porque no habían pasado el protocolo de diez días de cuarentena obligatorios para cualquier animal que entra en el país.
Depp y Heard informaron al Ministerio de Agricultura de su decisión después de que el titular de la cartera, Barnaby Joyce, amenazara con sacrificar a Pistol y a Boo si no salían de Australia antes del sábado. “El señor Depp decidió saltarse las leyes de nuestra nación”, declaró Joyce ante la prensa tras anunciar que el actor, su esposa y los perros abandonarían el país en pocas horas.

Australia es uno de los países más exigentes del mundo respecto a la entrada de animales:
 “Es esencial que mantengamos nuestro estado único, libre de plagas y de enfermedades, y apreciamos la colaboración del señor Depp a la hora de resolver esta cuestión”, aseguró Joyce.
El ministro anunció que habrá una investigación para determinar cómo entraron los perros. 
Depp y Heard llegaron a Australia en el avión privado del actor el 21 de abril, en el que supuestamente iban también Pistol y Boo. Pese a que en principio quienes llegan en jetpasan por los mismos controles de seguridad que el resto de pasajeros, las mascotas se saltaron el protocolo de seguridad. Fueron descubiertas cuando un empleado de Depp las llevó a una peluquería canina de Gold Coast, donde el actor rueda la próxima entrega de la saga Piratas del Caribe.


Ni el ministro ni los representantes de Depp han aclarado cuándo volverá el actor a Australia para seguir con el rodaje, ni si habrá retrasos en la película a causa de este contratiempo. Sin embargo, Joyce declaró que las autoridades australianas no son contrarias al rodaje de la cinta y explicó que dos monos capuchinos que aparecen en el quinto episodio de la saga multimillonaria de Disney sí pasaron los controles reglamentarios.
“Hemos tenido casos de dignatarios que ha traído, por ejemplo, ranas para comer. Las hemos tenido que sacrificar”, explicó Joyce. El ministro, que apareció en todas las cadenas de televisión y radio hablando del tema, alertaba por la mañana de la posibilidad de que los perros de Depp no pudieran volver a entrar a Estados Unidos: “La cuestión es que si se ha saltado nuestras leyes, ¿siguió las leyes correctas en Estados Unidos?”, se preguntó durante una entrevista en la cadena pública ABC. “Mi preocupación es: ¿Los dejarán entrar en Estados Unidos? Y si no, ¿tendrán algún sitio al que ir?”, añadió, alertando que Pistol y Boo podrían terminar siendo “perros sin Estado”.
Más tarde, el Ministerio de Agricultura aseguró en un comunicado que “Agricultura expedirá un certificado de exportación detallando las circunstancias de su llegada a Australia para facilitar su acceso a Estados Unidos”.
El caso ha generado gran revuelo en las redes sociales, donde los internautas llevan horas posicionándose a favor y en contra del autor. Una petición en la plataforma Change.org para salvar a Boo y a Pistol acumula ya casi 18.000 firmas y la etiqueta #WarOnTerrier está entre los temas más comentados en Twitter en Australia desde el jueves por la mañana.
En Australia, no son pocos quienes han acusado a Joyce de aprovechar el tirón mediático de Depp para aumentar su propio protagonismo en los medios. El locutor de Kiss FM Kyle Sandilands, célebre por su estilo directo y agresivo, le espetó durante una entrevista: “Suena usted como un absoluto payaso al decirle a ese tipo que se largue a Hollywood o mataremos a sus perros. Suena usted como un idiota. Es usted un ministro del Gobierno, no un idiota cualquiera en la calle desahogándose ante una cámara. Tenga un poco de decencia”. A lo que el ministro contestó: “Vaya, esto es interesante viniendo de usted. Es usted un pequeño salvaje”.

Pero pullas aparte, varios comentaristas políticos han acusado al ministro de oportunista por sacar la cuestión a la luz pública en un momento en que la popularidad del ejecutivo está en mínimos históricos. A principios de semana, la decisión de retirar las subvenciones para madres trabajadoras saltó a la primera página de los periódicos y la presentación de los presupuestos del Estado fue recibida con escepticismo ya que el Gobierno basó las estimaciones de crecimiento de la economía en cifras extremadamente optimistas y evitó hablar la caída de la economía australiana.
La periodista Judith Ireland, del Sydney Morning Herald, acusaba al gobierno conservador de eludir el bulto con esta polémica: “Los perros de Depp sirvieron para distraer el debate político solo 24 horas después de que los presupuestos del Estado fueran presentados”, lamentó.

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